Llegó a la Argentina la nueva versión cinematográfica del clásico de Osamu Tezuka, ASTROBOY. Basada en el manga y posterior animé, este film se presenta de buenas a primeras como una alternativa para el receso estudiantil de los más pequeños.
Contrariamente a su estética y al hecho de que en el país solo circulen copias dobladas, la historia de este pequeño “niño” robot, está cargada de drama, y esconde tras esas simpáticas botas rojas con llamas, una visión un tanto aterradora del futuro de la humanidad.
La historia tiene lugar en una pequeña ciudad que decide suspenderse en el aire, por sobre sus desechos, para así poder tener una vida plena lejos de la polución. En su mayoría generada por la incesante fabricación de robots, que se encargan de hacer todo aquello que a los humanos nos desagrada.
Durante la prueba de un nuevo armamento militar, el hijo del creador de todos estos robots descartables muere en manos de uno de sus inventos (una alternativa interesante al accidente de tránsito que presentaba la serie original). Consumido por el dolor, esta suerte de Dr. Frankestein modela un robot, dotado de “humanidad”, idéntico a su difunto hijo, incluso graba en él los recuerdos del pequeño.
Aparentando que nada pasó, este científico volverá a su casa y tratará de encontrar la relación de padre e hijo que en su ajetreada vida no tuvo lugar. Él mismo procurará educarlo con lecturas de Kant, Descartes y Da Vinci. Hasta que un día simplemente no soportará convivir con la imagen de lo que fue su verdadero hijo, y de alguna manera llevará a su hijo al mismo destino que el resto de los robots.
Confundido al descubrir que su cuerpo esconde un arsenal, ofuscado porque su padre lo niega como hijo y perseguido por la ley, este pequeño irá a parar a la superficie de la tierra, un gran vertedero de máquinas obsoletas, y refugio de niños huérfanos.
De allí en adelante el film comienza lentamente a desanudar todos estos conflictos. Como ya lo imaginarán, todas estas no son cosas de esas que se solucionan fácilmente, tendrán que conformarse con la sensación de que todo está en su lugar, cuando vean al pequeño Astroboy asumir su rol de “guardián” de la tierra.
Más allá de esta versión y el anime de los 80´, Astroboy apareció por vez primera en la pantalla allá por el año 1963, abriéndole paso a una vasta cantidad de animes con contenidos similares, convirtiéndose de alguna manera en uno de los precursores de lo que hoy se conoce como “Mecha”(denominación que reciben los animes que incluyen Robots)
Así que los fanáticos de series del calibre de Evangelion, Ghost in Shell o mismo de Mazinger Z, dedíquenle un rato a este precursor.
Ignacio Lavizzari
Contrariamente a su estética y al hecho de que en el país solo circulen copias dobladas, la historia de este pequeño “niño” robot, está cargada de drama, y esconde tras esas simpáticas botas rojas con llamas, una visión un tanto aterradora del futuro de la humanidad.
La historia tiene lugar en una pequeña ciudad que decide suspenderse en el aire, por sobre sus desechos, para así poder tener una vida plena lejos de la polución. En su mayoría generada por la incesante fabricación de robots, que se encargan de hacer todo aquello que a los humanos nos desagrada.
Durante la prueba de un nuevo armamento militar, el hijo del creador de todos estos robots descartables muere en manos de uno de sus inventos (una alternativa interesante al accidente de tránsito que presentaba la serie original). Consumido por el dolor, esta suerte de Dr. Frankestein modela un robot, dotado de “humanidad”, idéntico a su difunto hijo, incluso graba en él los recuerdos del pequeño.
Aparentando que nada pasó, este científico volverá a su casa y tratará de encontrar la relación de padre e hijo que en su ajetreada vida no tuvo lugar. Él mismo procurará educarlo con lecturas de Kant, Descartes y Da Vinci. Hasta que un día simplemente no soportará convivir con la imagen de lo que fue su verdadero hijo, y de alguna manera llevará a su hijo al mismo destino que el resto de los robots.
Confundido al descubrir que su cuerpo esconde un arsenal, ofuscado porque su padre lo niega como hijo y perseguido por la ley, este pequeño irá a parar a la superficie de la tierra, un gran vertedero de máquinas obsoletas, y refugio de niños huérfanos.
De allí en adelante el film comienza lentamente a desanudar todos estos conflictos. Como ya lo imaginarán, todas estas no son cosas de esas que se solucionan fácilmente, tendrán que conformarse con la sensación de que todo está en su lugar, cuando vean al pequeño Astroboy asumir su rol de “guardián” de la tierra.
Más allá de esta versión y el anime de los 80´, Astroboy apareció por vez primera en la pantalla allá por el año 1963, abriéndole paso a una vasta cantidad de animes con contenidos similares, convirtiéndose de alguna manera en uno de los precursores de lo que hoy se conoce como “Mecha”(denominación que reciben los animes que incluyen Robots)
Así que los fanáticos de series del calibre de Evangelion, Ghost in Shell o mismo de Mazinger Z, dedíquenle un rato a este precursor.
Ignacio Lavizzari
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