Acaso el film proponga que cada crimen es político.
En las respuestas del oficial que hace de Judas, y como siempre en los films dirigidos o protagonizados por Gibson, parecen guiarse por referencias religiosas y míticas, (la cita a Diógenes que busca a un hombre honesto con una linterna, el usar términos en latín, código y contraseña de ciertos tipos fuera de moda), esta película trata sobre el padre y el hijo, más específicamente la hija, la protección y el sacrificio.
Cómo encontrar consuelo?
y en los cádaveres flotando en el agua, casi como un calco en el afuera, del adentro de las Viudas de los Jueves de Pineyro, muertos que plantean la intriga y a la vez, lo irresuelto, el número 3 simboliza aquí el combate contra lo que depreda y altera cualquier rasgo de humanidad.
Si el motín del té, que marca la rebelión de colonos contra ingleses que grababan las importaciones para favorecer a la Companía de Indias Orientales, se refiere en la película, es que Los Estados Unidos, ése lugar en la que todo está prohibido, como señalan los personajes al romper las normas, no puede evitar estar convicto de la paranoia, de los códigos de seguridad y de las sanciones a las violaciones de esos códigos, y de los organismos de seguridad del Estado que cumplen con la misión de que A nunca se junte con B.
Pese a que, como dice uno de los personajes, la gente se merece un país mejor.
Ahí está la política, las trampas y las multinacionales; es tan brutal la descripción del latrocinio y la devastación, que la venganza es el único motor que mantiene vivos a los mortales.
Parecen contestarse el agente del gobierno, cuando le pregunta al oftalmólogo, si al ver en su ojo, ve un alma, parece contestarle el personaje de Craven cuando advierte que hay que elegir, entre estar en la cruz o clavar los clavos, que en la búsqueda de un poco de sentido sólo queda una opción de sacrificio.
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