El cine de zombies una de esas extrañas maravillas que se desarrollan dentro del arte y que no admiten discusión, así como sucedió durante mucho tiempo con el rinoceronte de Durero (este artista represento un rinoceronte de una manera un tanto hilarante, cercano a la realidad pero claramente cargado de subjetividad debido a que él jamás había visto uno de estos ejemplares, esta imagen extrañamente se instauró entre los artistas y esta suerte de “errores” con que contaba la imagen original se reprodujo durante muchos años)
Hace unos años George Romero irrumpió en la pantalla grande con una película de muertos vivos, el éxito fue tal que las secuelas apócrifas no tardaron en llegar, y de allí en adelante los zombies se multiplicaron de a miles.
Hace unos años George Romero irrumpió en la pantalla grande con una película de muertos vivos, el éxito fue tal que las secuelas apócrifas no tardaron en llegar, y de allí en adelante los zombies se multiplicaron de a miles.
Si somos fanáticos de las listas tenemos cientos de variantes del comienzo de la cadena zombie: muertos reanimados por magia negra, enfermos por armas químicas, contagio animal, experimentos médicos, etc., etc... Sin embargo hoy en día el género ha logrado prescindir de eso, basta con soltar unos cuantos sujetos de andar errante empapados en sangre, unas pocas personas tratando de no ser el alimento de los anteriores y ya tenemos el coctel zombie básico.
Esta nueva cualidad del género, de no reclamar demasiadas explicaciones es en la que se apoya en parte el director Ruben Fleischer. El por qué de esta enfermedad es poco importante, apenas si se hace una mínima referencia oral al caso, lo que se busca destacar aquí es este pequeños grupo de sobrevivientes que tratan de atravesar en auto lo que antes era Estados Unidos, manteniéndose a raya de las mordidas de lo que solían ser humanos, cada cual a su modo: con una brutalidad extrema, con un estricto listado de reglas para la supervivencia (una suerte de cita al “zombie survival guide” escrito por Max Brooks, hijo del famosísimo Mel) , o simplemente valiéndose de la astucia para sacar partido del resto de los sobrevivientes.
Escaparse de los rodeos técnicos de la enfermedad y de las consecuencias de esta le permitió a Zombieland que los infectados sean solo una excusa, un marco para desarrollar en tono de humor la historia de cuatro almas que en medio de un mundo deshecho tratan de encontrar lo que la sociedad no les supo dar antes de la epidemia.
Por más que a muchos de los adoradores de Romero les pese, esta suerte de comedia Zombie, mucho más naif que las que iniciaron esta gran bola de nieve y claramente alejada del tinte político de sus primarias predecesoras, resultó ser la cinta de este género con mayor recaudación en la historia, dando claramente como resultado una futura secuela con el mismo plantel Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone y Abigail Breslin.
Ignacio Lavizzari.
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