19 jun 2010
Hasta el infinito y más alla
Quince años después de Toy Story, largometraje con el que Pixar alcanzo la pantalla grande, se estrenó la tercera parte de un film que cambió la historia del cine.
Toy Story fue la primera película realizada íntegramente en digital, concibiendo un nuevo género dentro del cine de animación.
Este gran logro de Pixar convierte al pequeño vaquero Woody y su plástico amigo intergaláctico Buzz en los portadores de una enorme responsabilidad. ¿Cómo hacer para que una de las más grandes cintas de animación de la historia, no se vea manchada por una secuela que llega once años después de la segunda parte? La mejor manera de evitar este problema es simplemente jamás “rodar” ese film, y que Toy Story siga durmiendo en ese altísimo podio que bien merecido tiene.
Sin embargo Pixar opta por el camino difícil, desempolva su primer idea, su piedra fundamental y con ella construye una obra maestra, un film que devuelve la ternura y la alegría que caracterizó a ese “joven” estudio. Los personajes vuelven inmaculados, fieles a su estilo, llevarán al espectador de un ángulo al otro de sus emociones, alternarán carcajadas con lágrimas que pujaran por brotar de sus ojos.
Dejando de lado los aspectos técnicos, detalle en el que no vale la pena ahondar si hablamos de Pixar ( ya que nos han acostumbrado a los más altos estándares de calidad ). Toy Story 3 es una joya en todo nivel, un guión elaborado con la justa complejidad y un equilibrio perfecto entre drama, suspenso y comedia. Con secuencias de un dinamismo magistral que recuerdan al mejor cine de acción y un humor desopilante, que por momentos se acerca al propuesto por Dreamworks en la primer Shrek; Toy Story es un festín para todos aquellos que crecieron a la par del estudio, para ellos que siendo jóvenes, o no tanto, vieron como estos pequeños muñecos se quedaban estáticos ante la presencia de los humanos, para ellos y para todos los demás, la cinta es uno nuevo imperdible de la animación.
Nuevamente el largo viene precedido por un corto, esta vez se trata de Día y Noche, una delicada combinación de 3d con animación 2D estilo cartoon. Otra perla que se suma a su colección de cortos.
Ignacio Lavizzari
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