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27 abr 2016

Finalizó el Festival Internacional de Cine Independiente Número 18. ¡Larga Vida al BAFICI!



El gran Yue Song, experto en películas de artes marciales.


Fredo Landaveri y Mariano Toledo de Disco Limbo


Lucas Distéfano y el equipo técnico de Crimen de las Salinas.


El gran Peter Bogdanovich en Buenos Aires.


Alexandru Baciu, guionista junto Radu Muntean y Razvan Radulescu del notable film rumano El Vecino, (ne Floor Below / Un etaj mai jos), dirigida por Radu Muntean, 


Los actores de DISCO LIMBO



Los Actores de DISCO LIMBO.


Nadia Litz y el actor Jai West del notable film canadiense The People Garden. (Premiére Mundial en la Competencia Oficial Internacional).


Nadia Litz y el actor Jai West con el enviado especial de www.rayoverde.com.ar, Roberto Camarra, encantado con el notable film canadiense The People Garden. (Premiére Mundial en la Competencia Oficial Internacional).




La editora Lucía Luna en la conferencia de Peter Bogdanovich, el director y escritor que entrevistara a Alfred Hitchcock, John Ford, Fritz Lang, Howard Hawks y otros monstruos sagrados del cine americano y europeo.

No hay forma de recorrer un Festival de estas características sin perderse, y tener a veces, cierta dosis de frustración o desorientación. Pero frente a un cine adocenado, carente de ideas que salgan de los bordes de lo previsible, y que en el caso de las grandes producciones, se vuelve tristemente único,  el sentimiento de lo inabarcable del BAFICI es necesario por su potencia y porque abre las posibilidades a otros mundos.
No hay cine posible sin que el mismo cine aliente la diversidad, la experimentación, la provocación e incluso la docencia, acerca de que las formas de abordaje del conocimiento y de lo que expresable, lo pensable, lo que forma parte de lo que se documenta o se relata sea un intento por abrir los ojos.
Una de las experiencias más fuertes de cualquiera que se interne en la experiencia del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, es la desautomatización de la mirada, que mira azorada, los avejentados carteles de la gráfica de las grandes producciones de los estudios, al regresar a las programaciones habituales de las salas cuando acaba el festival.
Buscar una película que no sea un objeto repetido para adolescentes o una excusa para los efectos o las explosiones será, en la vuelta a la lectura de las películas que se estrenan en las carteleras semanales y que la hegemonizan, (y sin discutir la validez de la mirada de esos objetos, ni su existencia), algo árido, pero la resistencia es pensar que no sean los del mainstream, o de las producciones que las imitan, los únicos universos posibles.
Perderse y tener sorpresas o impactos, e incluso momentos desagradables forma parte de la educación de la mirada y de lo revolucionario, porque la dificultad lleva a dejar la conformidad para actuar.
Es importante entonces, cuando cada espectador hace su propio itinerario, ya que efectúa un esfuerzo para acercarse y ver.
Es importante que el que no asiste regularmente al cine que sepa que hay muchas películas que se perderá, que el cine Iraní, el Coreano, el Malayo existen y son apabullantes y que raramente llegan a los cines fuera del período del Festival, que es importante conocer de esas otras realidades, verlas y escucharlas, entender que el cine es una herramienta única para discutir sus puntos de vista, cambiar la posición propia y al ver y reconocer los espacios ajenos , reconocerse. Porque el cine es muchas cosas que exceden cualquier comentario.
Incluso a nivel político, y como ocurrió en este festival, puede darse que los mismos integrantes de las películas del Festival, presentando material en competencia, discutan y repudien desde las mismas mesas de conferencias o en frente al público en las salas,  las declaraciones desafortunadas en el tema Derechos Humanos del Ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad que sostiene el Festival. Eso es lo que hace distinto al BAFICI de otras experiencias domesticadas, en las cuales solamente queda agradecer a los sponsors, a los funcionarios, a los dueños de la pelota: el cine independiente lo es, porque todavía tiene capacidad de discusión de lo que se da por sentado o de lo que se pasa por alto. El cine independiente es aún, político, y si lo es, con la fuerza transformadora de la política, lo es gracias a los mismos artistas, los mismos periodistas, los escritores de los blogs, los estudiantes, los cinéfilos, los jubilados que hacen del cine una experiencia y que no temen decir lo que en otros ámbitos prefieren acomodar.
Como arengaba el director Sergio Wolf en las ocasiones que tuvo que abrir el Festival:
Larga vida al BAFICI!


Roberto Camarra, especial para www.rayoverde.com.ar

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