Las ruinas del amor- a Roma con amor.

Italia vista por los norteamericanos, una bomba sexual vista por el novio de su mejor amiga, un artista visto por un negociante, la crueldad de la fama vista por un hombre común y corriente, el amor visto por un hombre maduro que perdió la inocencia y ganó sabiduría, la pasión vista por una prostituta, la prostituta vista por sus clientes... una lista interminable de miradas que se fusionan en la misma película. Lo mejor de todo: Roma. El resto es divertido y amargo al mismo tiempo, la ingenuidad del amor en la temprana edad, cierta tristeza por el devenir del final... la confusión del amor y la pasión. En una sola frase: el final de todas las cosas. 

   Las reminiscencias a Viaggio in Italia (Rosselini,  1954) son la oportunidad de convertir A Roma con amor en un drama sentimental trágico. Sin embargo, Woody Allen se acomoda bien en la comedia romántica, a pesar de que esconda la tragedia en un lugar bastante visible del ser. Las ruinas, eso que fascina tanto en Italia, (en el caso de Rosselini es Pompeya) es la síntesis de lo que se cuenta, la tormenta que aqueja, la atracción de la tristeza, de lo planificado y lo snob. Lo falso y lo frívolo, el amor verdadero, la vejez, el final y la espera son las premisas para esta película que tuvo mala recepción en Italia pero que promete no ser el último capítulo del viaje de Woody Allen por europa.

Lucía Luna