SINOPSIS
Un hombre lleva toda su obra, que es toda su vida, dentro de una vieja valijita de cuero comprada en la India, en un tren que va de Moreno a General Rodríguez, por el conurbano bonaerense. Son los originales únicos de sus películas, todas en super-8, un formato obsoleto, en vías de extinción, que no permite copias. Esa valija es como el manuscrito de su autobiografía. Se trata de Claudio Caldini, cuidador de una quinta de los suburbios, cineasta secreto.
Ficha técnica
Producción: MC Producciones
Guión y dirección: Andrés Di Tella
Producción Ejecutiva: Marcelo Céspedes
Imagen: Guillermo Ueno
Montaje: Felipe Guerrero
Asistente de dirección y colaboración en el guión: Darío Schvarzstein
Sonido directo: Pablo Demarco
Diseño de Sonido: Gino Gelsi y Jorge Gentile
Directora de Producción: Paola Pernicone
Producido con apoyo del INCAA
Formato: HD
Duración: 80 min.
Argentina – 2011
Distribuye: Cine Ojo
Notas del director
Un hombre lleva toda su obra, que es toda su vida, dentro de una vieja valijita de cuero comprada en la India, en un tren que va de Moreno a General Rodríguez, por el suburbio oeste de Buenos Aires. Son los originales de sus películas, todas en super 8, un formato obsoleto, en vías de extinción, que no permite copias. Esa valija es como el manuscrito de su autobiografía. Se trata de Claudio Caldini, cuidador de una quinta de los suburbios, cineasta secreto.
Muy pocos han visto sus películas. Sólo pueden verse cuando él mismo las proyecta, a veces manipulando tres o más proyectores simultáneos, cortando y pegando las viejas cintas de super 8 en el momento, transpirando, casi en trance, en una sesión de “cine en vivo” que tiene algo de ceremonia. En el cine de Caldini hay imágenes que hacen ver el mundo –y las posibilidades del cinematógrafo- de otra manera. Ponen en cuestión qué cosa es y en qué momento se produce eso que llamamos “cine”.
Caldini hace cine solo, sin dinero, sin nadie. Ata la cámara a una soga y la revolea por encima de su cabeza, pinta o perfora el celuloide, monta la cámara encima de una bicicleta, filma sombras, crea animaciones con la luz que entra por una ventana, amplía las posibilidades del cine hasta hacer lo imposible. En las extrañas imágenes que viene filmando hace ya cuatro décadas se cifra su autobiografía. Un experimento cinematográfico que es a la vez un experimento de vida.
Hablar de Caldini es también hablar de mi propia relación con el cine. La primera vez que estuve en una filmación, o algo parecido, fue cuando todavía estaba en la escuela. Se trataba de una performance en la que la artista Marta Minujín, amiga de mi madre, se enterraba viva. Yo tiraba la tierra, Caldini filmaba en super 8. Por esa época, en la Argentina se enterraban cuerpos anónimos todos los días. No lo volví a ver durante muchos años. Volver a encontrarlo, después te tanto tiempo, fue volver a encontrar una parte perdida de mi propia vida.
El hombre del tren duerme, tal vez sueña. Por sus sueños, puso todo en riesgo. Experimentó hasta las últimas consecuencias la ruptura de los 70. Sobrevivió la dictadura militar encerrado en un jardín. Escapó a la India detrás de una utopía y perdió casi todo, hasta la razón. Fue expulsado de un ashram, internado en un manicomio. De regreso a Buenos Aires, quedó en la calle. Durante una década de errancia, tuvo 36 domicilios provisorios y abandonó el cine. En los últimos años, recaló como cuidador de una quinta del conurbano bonaerense. Allí vive, humildemente. Entre las plantas y el silencio, en el trabajo manual, en la contemplación, volvió a pensar en el cine. Una vez más, armado con una cámara prestada y tres rollitos de película virgen, vuelve al ruedo.
Por Andrés Di Tella
Sobre Andrés Di Tella
Andrés Di Tella dirigió las películas Montoneros, una historia (1995), Macedonio Fernández (1995), Prohibido (1997), La televisión y yo (2003), Fotografías (2007), El país del diablo (2008) y Hachazos (2011). También realizó la instalación La televisión y yo (Espacio Fundación Telefónica, BsAs, 2010) y múltiples performances de Hachazos (2010) y Fotografías (2010). Por su obra, fue distinguido con la Beca Guggenheim. Por otra parte, fue el fundador y primer director del BAFICI - Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, en 1999. Desde 2002, dirige el Princeton Documentary Festival, en la Universidad de Princeton, Estados Unidos, donde también ha sido Visiting Professor. Se han dedicado dos libros a su obra: Paul Firbas y Pedro Meira Monteiro, ed., Andrés Di Tella: cine documental y archivo personal y César Maranghello, Jorge Ruffinelli, Antonio Weinrichter y Casimiro Torreiro (ed.), Inventario de regresos. El cine documental de Andrés Di Tella, (Cines del Sur, Granada, 2011). Paulo Antonio Paranagua, en Cine Documental en América Latina, lo destaca entre los 15 documentalistas más significativos del continente. Se realizaron retrospectivas de su obra en la Filmoteca Española de Madrid, la Filmoteca de Cataluña de Barcelona, el Centro Cultural Rojas de la Universidad de Buenos Aires, el Festival de Lima y Cines del Sur de Granada. Ha publicado ensayos en distintos libros tanto en la Argentina como en Inglaterra, Brasil, Estados Unidos y Alemania. Su primer libro, Hachazos, se publica en simultáneo con el estreno la película, en agosto 2011.
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