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29 dic 2011

El Estudiante de Santiago Mitre. Una de las películas argentinas del año. Con Esteban Lamothe y Romina Paula.



Pocas veces el ambiente estudiantil de las universidades es observado con la intimidad de los sexual, con sus miserias corporales y urgencias y traiciones, con el impacto que llevan al iniciado las imágenes de los carteles, de las clases, del caos político de las facultades, de las tomas de posición, de los boicots, de los egos desmedidos, de la educación fracturada, especialmente en las carreras de sociales, (las que van a pensar el país, la política, la patria), como un estanque propicio para el habitat del crecimiento y procreación en la extrema soledad y distancia para el que viene desde adentro, que en la capital sugiere un desde afuera, un tipo de desterrado único que posee una historia que para el hegemonismo porteño será inaccesible, como un relato de ficción, y en el que el nomadismo espacial, sexual, político convierte a las tácticas del camaleón en un código de supervivencia, como en este film de Santiago Mitre, un director con un apellido ligado con peso propio en la historia argentina que resuena directamente a la lucha por un modelo de país.
Mitre, que como guionista ya había descripto el universo carcelario en Leonera y el de los hospitales públicos y las estafas con los heridos en los accidentes de tránsito en Carancho, amargas reflexiones de Pablo Trapero, acompaña al protagonista con una cámara a hurtadillas para dar una versión despiadada de la formación de los cuadros militantes, los que tarde o temprano, terminarán decidiendo, en el reparto de cargos y fondos de los ingresos por la fotocopiadora, el modelo de los que dirigirán la universidad, los ministerios: los cuadros políticos.
Cine independiente, sin fondos del Incaa, estrenado solamente en salas que proyectan ciclos como el Malba o la Lugones y con funciones agotadas, cine que toma imágenes de manifestaciones reales, con un conflicto reconocible en la disputa de espacios de poder por las autoridades de la UBA, el film prefiere detenerse en los discursos, en los métodos, en las tácticas: un repertorio de palabras en lo que no dicho toma otra significación, porque lo se dice oculta y no devela.
Film de corazón y razón independiente, que prefiere ser resistido y resistir: los comentarios del desagrado con que los militantes reales observaron la película de alguna manera expresa lo que los discursos establecen como una ficción sobre los pensamientos propios que acaban, (esos palabras, esas frases, esos discursos, esas formas de armar el relato), de tanto intentar que el otro crea en lo que se dice, en tomarlo como cierto: militantes que terminan creyendo lo que supieron como falso desde el principio; una construcción sobre la forma de trabajar por la patria de la que no ha quedado nada. (Hay una notable escena en el campamento estudiantil sobre las palabras en la que los militantes bromean sobre dichos de Perón y Balbín que es simple pero significativa en la intención de expresar lo que las palabras duelen o conmueven y de qué manera construyen sus universos autosuficientes).
Película que atraviesa en su estado de realización la misma historia estudiantil argentina, la política argentina, las peripecias de filmar en la Argentina, sin tiempo y sin dinero y con el tiempo y la historia pasando por arriba del film (película hecha y construída entre la muerte del militante estudiantil y del PO, Mariano Ferreyra y del ex presidente Néstor Kirchner por citar sólo dos de impacto nacional, la verdadera accidentada elección del rector de la UBA, toma incluída del rectorado y tomas de universidades por conflictos de presupuestos y conformación de lo que debe estudiarse y quién lo decide están ahí en mismo centro de la película), y es por lo tanto un film espejo y como todo espejo invertido y real.
Film que como Roque, el protagonista, es paciente y no teme, y que espera el momento exacto para no caer en la ira, la burla, la parodia o la decepción y armar la jugada decisiva que nos dice, como en El Sueño de los Héroes de Bioy Casares, si somos lo que soñamos, en el momento que se nos descubre a nosotros mismos cúanto coraje tuvimos.

Roberto Camarra
, especial para www.rayoverde.com.ar

Interpretada por Esteban Lamothe, Romina Paula, Ricardo Félix, Valeria Correa.
Producción de Agustina Llambí Campbell y Fernando Brom.
Fotografía: Gustavo Biazzi, Soledad Rodríguez, Federico Cantini, Alejo Maglio.
Arte: Micaela Saiegh
Edición: Delfina Castagnino

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