Vincent, el loco rojo. De Flor Berthold e interpretada por Joaquín Berthold. En teatro El Grito.

¿En qué momento, ese loco pelirrojo se volvió el artista de los artistas?

¿Y cuándo todo el sufrimiento, toda la soledad, toda la angustia, toda la luz de su vida puede aparecer en escena?

En Vicent, el loco rojo, la obra de Flor Berthold sobre la vida y la pasión de Vicent Van Gogh, tal vez el nombre en la cima de aquello en lo que pensamos cuando pensamos en un artista, no hay concesiones ni respiro. Obra familiar desde la ficha técnica (como relación familiar única y desgarradora fue la del genio de Países Bajos con Theo, su hermano), nada tiene de complaciente ni de mistificación: del cliché que podríamos sospechar cuando se romantiza la locura y el arte para hacerlos consumibles y tranquilizadores. La conmovedora actuación de Joaquín Berthold logra una transformación tal, siempre a punto del colapso y de la emoción, una mímesis física de tal estatura, que por momentos no podemos más que vivir y sufrir desde las tripas con el pintor neerlandés, refulgir en la llamarada del cabello y viajar a a Arlés o a Auvers-sur-Oise, deshacernos bajo el poder de quien su arte es de tal desborde y de tal potencia creadora, que parece que los cielos temblaran bajo sus pinceladas.

Así nos angustiamos en su soledad y soñamos con sus colores, vagamos en horror de los hoteles y las cartas de amor y el rechazo y el daño, comemos sus platos de hotel de obras como moneda de cambio y rondamos sin sentido y conmovidos y llenos de desesperación, nos desvanecemos bajo su dolor de hambre y falta de reconocimiento, pero también de su amor filial, un amor que se sostiene en las ruinas de lo inevitable.

Así, con amor sobre lo acaecido, la creación y su tragedia y la frágil vida de las que sostienen esas cosas de la vista que permiten volver a verlas como si fueran nuevas mientras el resto de dedica a dejar pasar el tiempo, el teatro, ese pequeño milagro, recupera el cuerpo y la voz de los ausentes, de los sufrientes, de los que a través de sus obras nos dan testimonios de lo humano. Así, un pequeño espacio para pocas personas, como lo son las salas y obras independientes de Buenos Aires puede rescatar y traer a una pequeña escena la existencia a aquellos que soñaron con cuervos y con girasoles y que no pudieron dejar de pintar, hasta enloquecer a sus manos y a sus ojos de la extraordinaria belleza de todas las cosas.

Roberto Camarra, especial para Rayo Verde.

Vicent, el loco rojo.
De Flor Berthold. Con la actuación de Joaquín Berthold
Sábados 20:30 horas
Teatro El Grito
Costa Rica 5459, Buenos Aires.

Entradas en @alternativaescena

Precios desde $1750

Ficha técnico artística

Autoría: Flor Berthold
Actúan: Joaquin Berthold
@joacoberthold
Escenografía: Queli Berthold
Diseño de luces: Guillermo Berthold
Video: Guillermo Berthold
@guilleberthold
Sonido: Fran Brunetta
@franbrunetta
Diseño gráfico: Queli Berthold
@queliberthold
Producción: Luciana Cruz Font
@lucruzfont
Dirección: Flor Berthold
@flor_berthold