Los húngaros dimos nombres geniales para el cine
pero sobre todo somos unos cracks jugando al fútbol.
La lista de los brillantes técnicos y artistas que
Hungría y el viejo imperio Austro húngaro brindaron al cine es notable y extensa.
A la altura de un maestro de la fotografía como John Alton, no podemos omitir
la mención de los nacidos en Budapest, el director de Casablanca, (¡nada menos!
La película de Humprey Bogart e Ingrid Bergman) Michael Curtiz o la del director de Gilda (La de Rita
Hayworth y Glenn Ford) Charles Vidor
entre muchísimos otros.
Pero en fútbol Hungría suma leyenda con las míticas
figuras futbolísticas de la final del mundial de Francia de 1938, con los
goleadores Szengeller y Sarosi, y en
la post guerra, ganadores del oro olímpico de 1952 y forjadores de la historia con
los mágicos Ferenc
Puskás, Zoltán
Czibor, Sándor
Kocsis y József
Bozsik, finalistas del mundial de Suiza de 1954 que caen en el último partido y
dramáticamente ante Alemania por 3 a 2, vaya paradojas del deporte.
Pero hay otro hecho que cuenta otra historia, terrible,
la de la Segunda Guerra Mundial y la de un increíble equipo de prisioneros hambrientos
y esqueléticos, sometido a los campos de reclusión nazis, que es obligado a
jugar un partido de fútbol contra un seleccionado de soldados alemanes bien
entrenados.
Match en el infierno (1), de Zoltán Fábri, relata ése
partido de fútbol de locos en una segunda guerra mundial ya suficientemente
llena de locura y muerte, entre condenados a muerte versus la perfección de
militares bien alimentados y en perfecta organización a la que dictadores.
La película es un drama, pero también una comedia: es
triste y a la vez, infelizmente optimista y produce lo imposible, la gracia en
el horror, con la pelota al pie, con corazón y pases largos, a la altura de los
grandes jugadores de la historia como el mejor Billy Wilder, el director de la sombría Stalag 17 (2).
Zoltán Fábri, sus actores y los técnicos de la película son un poco los mágicos magyares
del cine, aquellos que pueden jugar en equipo y hacer los goles que sean
necesarios aunque cuesten la vida, porque juegan por el honor y porque claro,
nadie sin corazón podrá desafiar a los húngaros ni en el cine ni en el fútbol.
Roberto Camarra
1.- Match en el
Infierno, de Zoltán Fábri. (Hungría, 1962). Con Imre Sinkovits, József Szendrö
y Dezcö Garas. Hay una película llamada Victory
(Escape del Infierno, USA, 1981. Dirigida por John Huston), que toma un real partido de fútbol de la Ucrania
ocupada entonces por el Tercer Reich en el que futbolistas del Dínamo de Kiev
le ganan a un conjunto alemán y son llevados por esa causa a un campo de
concentración en donde luego mueren. La película, que modifica un poco los hechos
históricos está interpretada por Sylvester Stallone, Michael Caine y Max Von
Sydow, y los futbolistas Pelé, Bobby Moore y el argentino Osvaldo Ardiles.
2.- Stalag 17,
(USA, 1953). Dirigida por el genial austro húngaro Billy Wilder (de raíces y formación polaco-austríaco-alemanas),
está interpretada por William Holden y Otto Preminger, otro genial director y
actor nacido también en el territorio Austro Húngaro (hoy Ucrania) y judío como
Wilder. Situada en un campo de concentración alemán de la Segunda Guerra destinado
a pilotos enemigos, la película trata sobre la traición y la locura del día a
día en las barracas.
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