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16 mar 2018

Hasta el 6 de Abril, "Orfeo y Eurídice" de Cesar Brie, en El Extranjero



Orfeo y Eurídice
Dramaturgia y dirección de César Brie

“El centro del amor no siempre coincide con el centro de la vida. Ambos centros se buscan entonces como dos animales atribulados. Pero casi nunca se encuentran, porque la clave de la coincidencia es otra: nacer juntos. Nacer juntos, como debieran nacer y morir todos los amantes”.
Roberto Juarroz

¿Cuál es y dónde se sitúa el umbral en el que la ciencia debe ceder su lugar a la naturaleza y resignarnos a morir?      
Una historia de amor. El derecho a la muerte digna. La tensión entre los avances científicos médicos sobre la prolongación de la vida y el deseo, más profundo y genuino, de los seres queridos de quien yace en coma. La relación entre la vida y la muerte.
La pieza estrenada en Argentina en 2017 está basada en el caso Englaro de Italia, donde un padre luchó durante 17 años para poder suspender la alimentación e hidratación forzadas que tenían en vida a su hija totalmente inconsciente y con daños cerebrales irreparables luego de un accidente.

Actrices: Liza Taylor y Sofía Diambra
Música original: Pablo Brie
Diseño gráfico: Alex Ze’evi-Christian y Sofía Diambra
Vestuario y escenografía: Liza Taylor y Sofía Diambra
Fotografía: Mariana Fossatti
Prensa y difusión: Carolina Alfonso
Texto y dirección: César Brie

REESTRENO 2018: viernes 16 de febrero 21 hs.
ÚNICAS 8 FUNCIONES
Funciones: viernes 21 hs.
Duración: 60 minutos

EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378, 4862-7400
Entradas: $ 250 y $ 200 (descuentos a jubilados y estudiantes)
 DIJO LA PRENSA:

César Brie propone esta temporada una nueva creación, como siempre, de la más alta calidad: Orfeo y Eurídice. Brie reelabora el mito clásico del amante que desciende al infierno a buscar a su amada, pero para hablar sobre la muerte asistida o eutanasia. Dos mujeres (bellamente interpretadas por Sofía Diambra y Liza Taylor) se conocen y forman una pareja. Una de ellas sufre un accidente automovilístico, los médicos logran que no muera, pero queda en estado vegetativo, sin conciencia ni conexión con el mundo. «Su compañera luchará porque le sea permitido detener una terapia que mantiene en vida un cuerpo inconsciente», explica Brie. La misma Eurídice, testigo de otro accidente, en plena conciencia, había pedido a su amada que, en caso de «muerte en vida», preferiría morir. El mito de Orfeo, uno de los más potentes de la cultura clásica en la contemporaneidad, ha tenido numerosas variaciones en la literatura argentina, y especialmente en el teatro, en obras de Alberto Rodríguez Muñoz (Los tangos de Orfeo) y Griselda Gambaro (La casa sin sosiego), entre otras. Brie le da al mito una vuelta de tuerca original: a diferencia del Orfeo original, que quiere rescatar a su mujer de la muerte, el suyo (la suya, su «Orfea») quiere dejar que Eurídice «se vaya». Siempre el teatro escrito y dirigido por Brie se entrama con situaciones dilemáticas del presente, de allí su alto valor político y polémico. El dramaturgo enfoca grandes temas, tratados con la mayor creatividad escénica. En el caso de Orfeo y Eurídice sobresale la potencia del minimalismo escénico, el recurso del teatro del relato (o narraturgia) y, especialmente, el juego con las fotos animadas. Brie es un maestro en el manejo de los planos de narración y en los niveles de historia pasada, presente e incluso futura. Invita a transformar la relación con la muerte, más allá de la tragedia: otro vínculo con el duelo.
Jorge Dubatti, revista Acción

Orfeo y Eurídice: la transversalidad de la condición humana, en un mito inmortal
“Muy buena. La pieza cuenta con dos actrices que están dispuestas a exponerse en forma abierta, de esas que no ocultan sus virtudes ni sus límites. Ellas son las que necesita esta propuesta, despliegan un ejercicio de sinceridad más que de lucimiento y a partir de ahí adquieren la dimensión mitológica que el título afirma.”
Gabriel Isod, La Nación

“Con impecables textos y hermosas imágenes, Orfeo y Eurídice instala un complejo debate sobre la muerte digna. Como en el mito griego de Orfeo y su amada esposa Eurídice, los cánticos de la Orfeo cuidadora intentan calmar a las almas que las rodean, maldiciendo a su vez a la serpiente que mordió a su amada en aquella ruta empinada e intentando resucitarla de su letargo, aunque no sea más que por el instante que dura un beso y movilizar, como en la leyenda, las rocas, los árboles y detener los ríos. O también como en la Orfeo de Jean Cocteau, la segunda parte de la trilogía que completa con La sangre de un poeta y El testamento de Orfeo, en la cual se imprimen sobre la pantalla las mismas obsesiones y una exacta necesidad, tan poderosa como vana, de enamorar a la muerte para poseerla y ganarle una pulseada en el contexto contemporáneo.
Alejandro Dramis, suplemento SOY,  Pagina12

Muy buena obra dramática sobre amor y eutanasia.
Marcelo Zlotogwiazda

El destino o el hado o la fatalidad
“La escritura dramática y escénica de Cesar Brie deja al descubierto nuestra subjetividad, nuestra fragilidad, con la naturalidad de las pequeñas historias pero de una acumulación poética que nos atraviesa. Difícil de olvidar las potentes imágenes visuales y auditivas, porque tienen la plasticidad acorde a cada “camino” y son subrayadas, acompañadas, por la adecuada música original.”
Azucena Ester Joffe, Luna Teatral

“El mito de Orfeo y Eurídice sirve de base para el montaje de una estructura infinita. Un mito y un caso real son la intersección donde se explora a la humanidad. El tiempo cobra una relevancia impactante dentro de un espacio atravesado por una cruz, cruzada de culpas, responsabilidades, ilusiones, deseos, frustraciones y sobre todo una constante pregunta sobre cómo amar. La adaptación del mito inunda en vitalidad la pregunta sobre la muerte, las personas y sus vínculos. La muerte es en vida y nunca es individual. Al mundo no venimos solos ni nos vamos en soledad. Hay una sociedad, una cultura, un deber ser que trabajan sobre el derecho a decidir sobre el propio cuerpo. La ciencia, la justicia, la ética y la moral complejizan una agonía que termina por matar otras formas de vida.”
Agustín Pisani, Agencia Paco Urondo

El amor como bandera
“La dirección de Brie es impecable, y las actrices hacen brillar el texto en la escena. En esta versión los amantes son dos mujeres, cuando en la primera, Orfeo era un hombre y Eurídice,  una mujer. Pero aquí el tema excede a la relación de pareja –en cualquiera de sus formas; aquí el tema es el amor en un bellísimo homenaje a Beppino Englaro, a ese padre que quiere desconectar a su hija Eluana para que pueda, por fin, descansar en paz, sin más torturas.
Gabriel Gusmeroti, Mateo Medio Argentino de Teatro

Honrar al teatro, honrar la vida
“César Brie demuestra mediante esta impecable elección que cualquier pareja clásica puede tener ya cualquier composición, y funciona, maravillosamente. La pareja femenina configura un universo de una dulzura implacable y nutre la historia de una ternura que no podría contener de ninguna otra manera. Las actrices componen y actúan sus personajes con compromiso y ductilidad, convirtiendo cada movimiento, cada palabra y cada mirada en poesía viva que se despliega en la escena. El texto y la música, compuesta por Pablo Brie, completan esta deliciosa puesta.”
Vivi Montes, La Mirona Artística.

“Caminatas en cámara lenta, historias fotografiadas, diagonales de telas, manipulación de objetos, e inmensos pequeños detalles son los que expone la impecable dirección de Brie, mientras que Sofia Diambra y Liza Taylor, dos actrices que se despliegan en un escenario sin límites, nos ofrecen una hora de una obra que logra, además de  emocionarnos, replantearnos la vida y la muerte.“
Julieta Ale,  La Butaca Web

“El guion de César Brie es extraordinario: la forma de entrelazar este clásico de la mitología griega con temáticas tan actuales y relevantes: la eutanasia, el derecho a vivir, el derecho a morir, la calidad de vida de los pacientes en coma, el uso de este tipo de casos para como símbolos de causas políticas: Desde la caracterización de este  Caronte tucumano que se queja de que le clausuraron el barco por ser “poco seguro para los muertos”, la crisis en el inframundo porque antes a los muertos le ponían dos monedas en los ojos y con mucho respeto se los mandaban, mientras que ahora les ponen dos tubos en la nariz y con mucho respeto se los quedan. Cómo el derecho a vivir se convirtió en un deber, cuando Sofía pide “elegir sobre la vida y no vivir si es tortura. Pido interrumpir la cura, pido interrumpir esta humillación”. Liza se pregunta si aquellos que militan por su vida saben algo de ella: “Dicen que soy hermosa pero no me vieron nunca. Ya tienen su gloria, ahora déjenme sola, desnuda y digna.” Cuando Sofía y Liza se dicen “las palabras repetidas, siempre nuevas en la guerra de los amantes”, cada palabra se clava y duele como corresponde, emociona donde tiene que emocionar y provoca una sonrisa donde debe, dejando que el público no se evada de las sensaciones dolorosas en los chistes baratos, todo lo contrario. La historia, con un final anunciado, mantiene al espectador al borde de su silla en todo momento.”
Daniela Barri,  GEO Teatral


Potencia artística y social en la escena porteña
Por Jorge Dubatti en la revista Artez de Artes Escénicas


Nota con Sofía Diambra con Liliana Atemian en La Hora de la Nada, radio Zonica


Sinopsis:
Una mujer tiene un accidente. Los médicos impiden que muera, pero no la restituyen a una vida consciente. Su compañera lucha porque le sea permitido detener una terapia que mantiene en vida sólo un cuerpo inerte. Ese era el deseo que Eurídice había expresado. Nos basamos en el caso Englaro, en Italia, donde un padre luchó durante 17 años para poder suspender la alimentación e hidratación forzadas que tenían en vida a su hija totalmente inconsciente y con daños cerebrales irreparables luego de un accidente.
El mito de Orfeo habla de la relación entre el amor y la muerte, habla del luto, del aceptar o no que el otro pueda partir. En nuestro tiempo toca también un argumento que nos interpela. La ciencia nos ha prolongado la vida. ¿Pero cuál es y dónde se sitúa el umbral en el que la ciencia debe ceder su lugar a la naturaleza y resignarnos a morir?   

Sobre la puesta en escena
Creamos imágenes y metáforas sobre este argumento. Luego tejimos esas imágenes con los textos que preparé para cada instante. Imaginamos dos caminos cruzados. Uno el de la vida cotidiana y otro el de la vida hospitalaria. El primero va de una silla a una cama  través de una calle que se transforma. El camino hospitalario, blanco, es el de los tratamientos terapéuticos. En el cruce de estos caminos y en las zonas de sombra los otros protagonistas. Los parientes, los magistrados, la multitud.
Notas a Orfeo y Eurídice
“Volví a Italia desde Bolivia en 2009 cuando fallecía Eluana Englaro, que pasó 17 años en coma vegetativo y por la cual sus padres lucharon para que se les permitiera apagarla y dejarla morir. El caso Englaro me estremeció. Pensé que la lucha de esos padres para permitir a su hija morir y no vivir en un estado de indignidad absoluta era un acto de amor extremo e incomprendido. No era exactamente eutanasia sino el derecho a una muerte digna.
Seguí el caso pero no participé en el debate público que acabó con manifestaciones y slogans en las calles y plazas en las cuales los católicos acusaban de asesinos a los médicos que permitieron a Eluana morir y los laicos acusaban a los católicos de no aceptar que cada uno es dueño de su vida. Todos esos slogans me parecían mezquinos frente a la actitud digna, reservada y valiente del padre de Eluana.
La noche en que Eluana falleció, el parlamento italiano trataba de votar una ley impulsada por la derecha, que revocara la sentencia de la Corte Suprema en la que se autorizaba al padre de Eluana, Beppino Englaro, a encontrar un lugar donde con las debidas atenciones, su hija pudiera dejar de ser alimentada e hidratada y finalmente morir.
Estudiando el mito de Orfeo y Eurídice encontré otras cosas. Las versiones modernas coinciden en que Orfeo se da vuelta a propósito antes de salir del Hades. Que decide dejar morir la amada por la cual bajó al infierno y llegó a conmover a Hades y a Perséfona, su mujer.  Algunos sugieren que Orfeo sintió el olor de los muertos, otros, que se dio cuenta que Eurídice ya no podía volver. Orfeo cuando sale del Hades pregonará el amor homosexual y terminará despedazado por las bacantes ofendidas por su desprecio a la mujer.
Pero la guía oculta en este trabajo fue  el maravilloso poema de Rilke: Orfeo. Eurídice. Hermes.
Imaginé el Hades como la sala de terapia intensiva donde una persona está a merced de los médicos que no logran volverla a una vida consciente pero le impiden morir. Y el doloroso acto de amor de quien trata de apagar al ser amado y ahorrarle la humillación de vivir como un vegetal. No damos juicios en la obra, exponemos los argumentos de los médicos que no pueden dejar morir a su paciente, el argumento del amante que trata de poner fin a un dolor. El de los magistrados que luego de haber negado todas las instancias, al final, en la corte de Casación deciden que es un derecho también el poder morir. Dimos voz a Eurídice enferma: su voluntad había sido expresada por ella antes del accidente que la redujo a un vegetal. Dimos voz en realidad a todas las voces, pro y contra, para que cada uno elija dentro de sí el camino que prefiere.  De hecho, Englaro siempre sostuvo que lo que hacía por su hija no lo generalizaba a los demás, pero que era un derecho.
En la versión italiana, la relación padre hija volvió a ser la relación de dos amantes, hombre y mujer. Como en el mito. En nuestra versión argentina, los amantes son dos mujeres. El mito de Orfeo habla de la relación entre el amor y la muerte, habla del luto, del aceptar o no que el otro pueda partir. En nuestro tiempo toca también un argumento que nos interpela. La ciencia nos ha prolongado la vida. ¿Pero cuál es y dónde se sitúa el umbral en el que la ciencia debe ceder su lugar a la naturaleza y resignarnos a morir?
César Brie