El gran Yue Song, experto en películas de artes marciales.
Fredo Landaveri y Mariano Toledo de Disco Limbo
Lucas Distéfano y el equipo técnico de Crimen de las Salinas.
El gran Peter Bogdanovich en Buenos Aires.
Alexandru Baciu, guionista junto Radu Muntean y Razvan Radulescu del notable film rumano El Vecino, (ne Floor Below / Un etaj mai jos), dirigida por Radu Muntean,
Los actores de DISCO LIMBO
Los Actores de DISCO LIMBO.
Nadia Litz y el actor Jai West del notable film canadiense The People Garden. (Premiére Mundial en la Competencia Oficial Internacional).
Nadia Litz y el actor Jai West con el enviado especial de www.rayoverde.com.ar, Roberto Camarra, encantado con el notable film canadiense The People Garden. (Premiére Mundial en la Competencia Oficial Internacional).
La editora Lucía Luna en la conferencia de Peter Bogdanovich, el director y escritor que entrevistara a Alfred Hitchcock, John Ford, Fritz Lang, Howard Hawks y otros monstruos sagrados del cine americano y europeo.
No hay forma de recorrer un Festival de estas
características sin perderse, y tener a veces, cierta dosis de frustración o
desorientación. Pero frente a un cine adocenado, carente de ideas que salgan de
los bordes de lo previsible, y que en el caso de las grandes producciones, se
vuelve tristemente único, el sentimiento
de lo inabarcable del BAFICI es necesario por su potencia y porque abre las
posibilidades a otros mundos.
No hay cine posible sin que el mismo cine aliente la
diversidad, la experimentación, la provocación e incluso la docencia, acerca de
que las formas de abordaje del conocimiento y de lo que expresable, lo
pensable, lo que forma parte de lo que se documenta o se relata sea un intento
por abrir los ojos.
Una de las experiencias más fuertes de cualquiera
que se interne en la experiencia del Festival de Cine Independiente de Buenos
Aires, es la desautomatización de la mirada, que mira azorada, los avejentados
carteles de la gráfica de las grandes producciones de los estudios, al regresar
a las programaciones habituales de las salas cuando acaba el festival.
Buscar una película que no sea un objeto repetido
para adolescentes o una excusa para los efectos o las explosiones será, en la
vuelta a la lectura de las películas que se estrenan en las carteleras
semanales y que la hegemonizan, (y sin discutir la validez de la mirada de esos
objetos, ni su existencia), algo árido, pero la resistencia es pensar que no
sean los del mainstream, o de las producciones que las imitan, los únicos
universos posibles.
Perderse y tener sorpresas o impactos, e incluso
momentos desagradables forma parte de la educación de la mirada y de lo
revolucionario, porque la dificultad lleva a dejar la conformidad para actuar.
Es importante entonces, cuando cada espectador hace
su propio itinerario, ya que efectúa un esfuerzo para acercarse y ver.
Es importante que el que no asiste regularmente al
cine que sepa que hay muchas películas que se perderá, que el cine Iraní, el
Coreano, el Malayo existen y son apabullantes y que raramente llegan a los
cines fuera del período del Festival, que es importante conocer de esas otras
realidades, verlas y escucharlas, entender que el cine es una herramienta única
para discutir sus puntos de vista, cambiar la posición propia y al ver y
reconocer los espacios ajenos , reconocerse. Porque el cine es muchas cosas que
exceden cualquier comentario.
Incluso a nivel político, y como ocurrió en este
festival, puede darse que los mismos integrantes de las películas del Festival,
presentando material en competencia, discutan y repudien desde las mismas mesas
de conferencias o en frente al público en las salas, las declaraciones desafortunadas en el tema
Derechos Humanos del Ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad que sostiene
el Festival. Eso es lo que hace distinto al BAFICI de otras experiencias
domesticadas, en las cuales solamente queda agradecer a los sponsors, a los
funcionarios, a los dueños de la pelota: el cine independiente lo es, porque
todavía tiene capacidad de discusión de lo que se da por sentado o de lo que se
pasa por alto. El cine independiente es aún, político, y si lo es, con la
fuerza transformadora de la política, lo es gracias a los mismos artistas, los
mismos periodistas, los escritores de los blogs, los estudiantes, los
cinéfilos, los jubilados que hacen del cine una experiencia y que no temen
decir lo que en otros ámbitos prefieren acomodar.
Como arengaba el director Sergio Wolf en las
ocasiones que tuvo que abrir el Festival:
Larga vida al BAFICI!
Roberto
Camarra, especial para www.rayoverde.com.ar
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