En la película de Testa y Márquez, todo es ominoso, previsible, oscuro y vano. El clima de época está ubicado fuera del campo e incluso la resolución lo está, como si fuese demasiado importante quedarse en los mínimos detalles, opresivos, constantes, asfixiantes, para entender, detalles que parecen resignificarse por estos tiempos históricos de los que la película para alejarse en tiempo, no en espíritu.
La clave, lo que no se ve, apenas se oye e intuye, lo que no se termina de decir, es central, porque todo es un sobreentendido permanente, en el que las palabras, directas y certeras, las palabras prohibidas, son, pueden ser, una condena a muerte.
Basada en una novela del escritor argentino Humberto Constantini, que publicara recién retornada la democracia, pertenece al grupo de obras de artistas que dijeron sin decir, y expresaron entre las líneas de lo que se podía.
El recurso estilístico de los directores, una travesía nocturna en el que la comunicación se fiaba de los naranjas teléfonos públicos de la compañía estatal ENTEL, produce un efecto angustiante y suspensivo.
El protagonista, el Francisco Sanctis interpretado por el actor Diego Velázquez, cruza un largo viaje de una día hacia la noche, como quisiera Celine, para adentrarse en ruidos apenas apagados de las requisas policiales en las calles, de jefes que se desentienden de una manera humillante de los empleados a los que parecieran gratificar, de citas en autos que no pueden detenerse, de encuentros clandestinos en cines, de pedidos en papeles que deben ser destruídos, de teléfonos que suenan y erizan los pelos, de silencio y de parejas de las que no se ve nada, porque todo lo que está fuera del campo es, puede ser, cómplice, artero, sospechoso y agazapado como un puñal puertas adentro de las casas, calles desiertas afuera.
Sacrificarlo todo y arrojarse a lo incierto cuando no es más que noche, es un viaje en el que la espera es la antesala de un horror que todos sabían y del que se hablaba en susurros en el que ni las alturas de las calles parecían coincidir y que un instante definía la muerte o la vida.
Roberto Camarra, especial para www.rayoverde.com.ar
La Larga Noche de Francisco Sanctis. De Andrea Testa y Francisco Márquez. (Argentina, 2016).
Con
Diego Velázquez
Laura Paredes
Valeria Lois
Marcelo Subiotto
Rafael Federman
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