En Aloha, estrenada en Argentina como Bajo el mismo cielo, Brian (Bradley Cooper), un ex militar frustrado, vuelve a Hawai, relegado a hacer un trabajo para el que se encuentra sobrevalorado, y ya nada es lo mismo. Debe adaptarse a los cambios provocados
por el paso del tiempo asumiéndose como diferente y simultáneamente tiene que descifrar
la manera de volver a encontrarse antes de seguir haciendo que la gente de su
alrededor huya de él.
Cameron Crowe cuenta una historia donde mezcla
astronomía, portales de tiempo, amor, familia y mistisicmo hawaiano con
parámetros inesperados y con el particular estilo de nostálgica alegría que lo
caracteriza. La historia donde un hombre hace un viaje frustrante que termina
siendo revelador fue también una de los leitmotivs en Elizabethtown (Cameron Crowe, 2005). En ambas
películas los protagonistas son completos inútiles que no pueden terminar de
asumirlo, le rompen el corazón a una mujer y esa misma mujer es quien resuelve
las nimiedades que ellos no pueden. En Elizabethtown, el viaje de Drew (Orlando Bloom) para
despedirse de su padre muerto no podría haber sido posible si no hubiera
aparecido Claire (Kirsten Dunst), la azafata que puede con todo (puede servir a gente en los
aviones, puede pasear y hablar toda la madrugada, puede ir y volver, puede
tratar con niños, puede hasta evacuar un incendio durante un homenaje al padre de
Drew!). En Aloha, Alison (Emma Stone) puede ayudar a Brian a relacionarse con la nueva
familia de Tracy (Rachel McAdams), su ex, puede hacerlo reir en los momentos más estúpidos,
puede hacerlo bailar en una navidad que pasa con sus compañeros de trabajo,
puede incluso convencerlo de usar herramientas que sólo él conoce para evitar
la privatización de la exploración espacial. Cualquiera diría que en estas dos
películas, las mujeres tienen en común que pueden resolver un montón de cosas
salvo su relación con los hombres. De alguna manera, ellas pueden hacer
cualquier cosa menos llamar la atención del hombre que desean. Sin embargo, las
dos actúan como expertas cazadoras, a la espera del momento exacto de que su
objeto de interés encuentre el minuto para fijarse en ellas. Son más felinas
que ellos. Y están más atentas. Son cazadoras despreocupadas y hechiceras que
pertenecen a otro espacio. Y también están solas y vacías, pero ese no es el
punto.
Cameron Crowe
inventa en Elizabethtown la categoría de persona
sustituta: Claire es adorable, ella lo sabe, sabe que puede conquistar a
Drew, que puede acostarse con él, pero eso no alcanza. También sabe que es la
persona sustituta, que no es la chica que juega de titular, ella no vuelve locos
a los hombres, no lo vuelve loco a él. Lo mismo pasa con Brian y Alison. Brian
tiene la mirada puesta en aquello que está perdido: su ex novia y su nueva
familia, haciendo un largo duelo que no puede empezar a formular. En Aloha la
categoría es parecida, pero bajo el nombre de solteros juntos. Son las personas que no pueden comenzar una
relación formal pero pueden estar juntos de alguna manera cercana, espiritual,
física, pero no intensa. La razón por la que no pueden estar juntos es que no
nacieron para eso. Por eso nunca se sabe cómo terminan… porque de alguna manera,
todo se centra en el proceso y los caminos y sus bifurcaciones.
Repleta de
nombres memorables que se conjugan en una actuación simpática y sencilla
(Rachel Mc Adams, Bill Murray, Bradley Cooper, Emma Stone, Alec Baldwin, y
muchos más), otra vez una película de Crowe que pasó desapercibida en los cines,
musicalizada de la manera en que sólo él sabe hacerlo, y que logra un estilo de
diario íntimo visual, con imágenes nostálgicas en material fílmico que
describen un pasado esplendoroso pero que no deja de ser pasado.
Lucía Luna
No hay comentarios:
Publicar un comentario