Una reflexión experimental del director estadounidense Ken Jacobs, sobre la profundidad entendida como un concepto de armado cerebral. A partir de un minuto de una obra de los hnos. Lumiere, Jacobs crea otra obra que sigue siendo muda, y en blanco y negro, pero esta vez digital y en 3D. Un experiencia para gente paciente, la proyección y la observación del resto de los espectadores como otra experiencia en sí misma.
Un film para redescubrir la memoria fotográfica de los personajes secundarios en las fotos y en los primeros cortos de la historia del cine.
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