Richard Stanley, un director de cine indie quiere filmar una película sobre una de sus historias preferidas, consigue la producción de una gran empresa, tiene a sus actores disponibles, una hermosa locación, gran equipo técnico. De repente los planetas se desalinean y lo que comienza siendo un deseo cumplido termina siendo una pesadilla que sumerge en la locura y la magia (!) al equipo entero. Excelente documental de David Gregory, proyectado en la sección VHS, (quizás una de las propuestas más interesantes del Festival) que te hace pensar dos veces el deseo de hacer una película financiada por grandes agentes.
Lucía Luna
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