Si recordamos Scarface de Brian de Palma y le sacamos la estética exacerbada de División Miami y la desmesura y el lavado pastel del distrito Art Decó de South Beach, encontraremos esto: un negocio brutal y criminal, que mueve a la ambición a una comunidad en la que los cádaveres sirven como base para la construcción de rascacielos que lavan los carteles de la droga. Notables entrevistas a los protagonistas de un horror que miran y seguirán mirando simplemente como un negocio.
Una de las explicaciones más pedagógicas del capitalismo salvaje.
Roberto Camarra, especial para www.rayoverde.com.ar
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