10 oct 2010
Enterrado, film del español Rodrigo Cortés
Enterrado
Hace muchos años, relatando un secuestro, ese compendio de lo extravagante, insólito, superador y moralista index que fue y es el Selecciones del Reader’s Digest, hablaba de cómo un hombre por el que se esperaba un rescate sobrevivía con mínimos elementos, puesto en un combate contra el aislamiento y la locura, en la que sólo cabía esperar que alguien encontrara su posición, enterrado en un cajón bajo tierra por sus secuestradores.
El desafío de Rodrigo Cortés es este:
como en el teatro griego, o con las variantes en el isabelino, esperando respetar las 3 unidades de acción: la espacial, la temporal, la dramática; así la espacial se reduce, y aquí el dispositivo que puede tener puntos en contacto con films en los que el dispositivo es lo central: The Blair Witch Project, Actividad Paranormal, El Último Exorcismo, Coverfield, pero con la necesidad de la puesta reducida a una última y única instancia, y además posición inicial.
El mago estuvo ahí, antes, de la agarofobia de LifeBoat, aunque el mar abierto se cierra sobre sí mismo, como una pared líquida, en el que los objetos se dejan flotar como restos, y en el que no están los personajes perdidos en la inmensidad, están presos en la cárcel azarosa de sus relaciones, (Alfred Hitchcock, 1944 con guión de John Steimbeck y ) a la claustrofóbica puesta de Buried, en que los objetos emergen de la oscuridad y la arena, para ver el satélite, la Guerra de Irak, la compañía Blackwater de mercenarios actuando para la CIA, la política de las corporaciones, y la globalización militar económica: aquí los otros son fantasmas, y la tecnología permite ver, transmitir y recibir imágenes y voces de la pornografía, aunque no pueden encontrar un punto en la tierra. (Rodrigo Cortés, 2009).
También está la operación del tiempo real, si es que es posible que haya un tiempo real y no elidido en cine, un tiempo que marca la carga de la batería del celular, así como marcan los relojes la hora del final en High Noon (Guión de Carl Foreman, dirección de Zinneman, producción de Stanley Kramer y actuación de Gary Cooper).
En Buried, Ryan Reynolds debe sostenerse en madera y arena y tratar de actuar en la penumbra, algo que necesitaba un actor que fuera un vehículo más que una estrella. Film de montaje, de los finales extremos que puede padecer el turismo aventura llevado por la necesidad, filmada en 17 días y con un boca a boca que la lleva a ser la película récord en la historia de España en cantidad de copias distribuidas en el mundo, nos enseña algo que parecemos olvidar: todo ha sido hecho y viene de algún lugar, pero hay tanto cine por ahí y nadie dispuesto a tomarlo, que cuando alguien toma una idea y la lleva al límite los espectadores se sorprenden.
Roberto Camarra
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