Una mujer atraviesa la enfermedad y muerte de su padre. Mientras recuerda su historia y la de su familia, intenta reconstruir el hilo que la une a sus antepasados, a ese mundo de los bailarines y los borrachos, de los jugadores y amantes de los caballos.
A través de su relato -colmado de recuerdos, imágenes y episodios enigmáticos de la vida de su abuelo, su papá y ella misma- va descubriendo una manera íntima y particular de despedirse de su padre. Y finalmente, de encontrarse a sí misma.
Actúa: Ana Scannapieco
Música original: Hernán Crespo
Diseño de vestuario y escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez
Diseño de iluminación: Soledad Ianni
Fotografía: Ariel González Amer
Diseño gráfico: Martín Speroni
Asesoramiento coreográfico: Sabrina Camino
Producción ejecutiva: Cecilia Santos
Asistencia de dirección: Julieta Timossi y Ricardo Vallarino
Adaptación y dirección: Lisandro Penelas
MUY BUENA “Ana Scannapieco y el director Lisandro Penelas hacen un trabajo grandioso; se ponen uno al servicio del otro para arrojar la mejor de las opciones. Una dirección cuidada que está en todos los detalles y una actuación majestuosa que responde a la perfección.”
Jazmín Carbonell, La Nación
“La dirección funciona como un sutil mecanismo de relojería, capaz de dibujar los movimientos, los susurros -elemento clave en la pieza- para trazar una suerte de coreografía actoral, donde cada gesto que Scannapieco entrega con maestría comulga con la belleza de la dramaturgia. La pregunta de cuándo una despedida vital puede transformarse en el encuentro consigo mismo insiste a lo largo de una trama amable, con momentos de humor absurdo y tierno. Scannapieco entrega un trabajo maravilloso, atravesado por los distintos colores que hacen a las muertes y epifanías cotidianas y se mueve con la destreza de una bailarina, por momentos frágil, en ocasiones pícara y, en otros, todopoderosa. La geografía de breves secretos y anécdotas cotidianas que parecen susurradas en los pasillos de la casa donde fue escrita la obra se prestan para la intimidad generada por el pequeño espacio de la sala, casi un living de una casita donde se hace teatro.”
Laura Ferré, Télam
“La precisión del director y la acertada elección del espacio se potencia con el oficio y la sensibilidad de Anna, quien efectivamente (re)crea el texto, al otorgarle su propio ritmo, dosificarlo con adecuados silencios, visualizar lugares a partir de su encuentro con los objetos, transitar diferentes etapas del tiempo desde su voz, y enriquecer la historia con sus desplazamientos circulares que conducen a un espacio al mismo tiempo, local y mítico. Este unipersonal vuelve a plantear un interrogante: ¿contar es sólo “decir una historia imaginaria para divertir”? El contar de Scannapieco /Penelas es mucho más: implica pensar, imaginar, rememorar, “crear mundos, vínculos, deseos, esperanzas”[2], y combina equilibradamente la memoria concebida a partir de la emoción con la reminiscencia evocada a través de la razón. Esas son algunas de las razones por las que considero a este un espectáculo modélico.”
Perla Zayas de Lima, Goenescena
“La adaptación que Lisandro Penelas hizo de un texto de la escritora estadounidense Tess Gallagher, y también su dirección, es clave para que las historias de dos hombres, consideradas por la sociedad como oscuras y venales, se transformen desde la mirada de una mujer que los ama y añora, en esenciales para llegar a la felicidad.” Revista Sudestada
“La actriz, Ana Scannapieco, logra con maestría atravesar las palabras para introducirnos como espectadores en la tensión de sensaciones que nos producen sus movimientos animalizados, su susurro equino, sus maneras de atravesar el espacio, y la fuerza, de a través de una gestualidad estudiada.”
Luna Teatral
“El íntimo, minimalista, fluido, simpático, y no menos interesante trabajo de Penelas-Scannapieco seduce como el susurro al oído del enamorado amante. Es un cuento rico, donde nos propone esa curiosa relación del abuelo que encanta equinos con palabras que solo las dos partes (abuelo y caballos) comprenden. Y el susurro del abuelo, simbiotizado en la nieta, nos inquieta por su condición de enigmática, mágica, inaudible, secreta comunicación”
Michelangelo Tarditti, Desde el pie y De Norte a Sur
“El amante de los caballos es un unipersonal excelente que rescata aquellos valores esenciales de un hombre que amó a sus animales y que vivió la vida como quiso sin sentir la necesidad de fingir una postura ante alguien o de dar explicaciones sobre su accionar. Una verdadera joyita del teatro que indaga sobre lo moralmente correcto o incorrecto…”
Sabor a Teatro
“Quien ame la fantasía, el lirismo y sobre todo esa maravilla que es el teatro, no debe dejar de ver El amante de los caballos.”
Periódico Irreverentes
“Penelas reconstruye este cuento y hábilmente le da forma teatral reformulando tiempo y espacio, ofreciendo ínfimos datos para situarlo en nuestra geografía, en un pueblo nuestro de cualquier latitud, con pequeñas pistas escenográficas muñidas de detalles y objetos universales. Ana Scannapieco es la valiosa actriz de este unipersonal, quien en complicidad con su director y conocido compañero de viaje, asumen un extremo riesgo para este trabajo, un estilo de actuación que muy pocas profesionales, como Ana, pueden transitar, otorgándole a la obra un misterio onírico que en conjunto con la calidad de relato que ella demuestra conforman el nudo central de este material. Una historia poco común, pero común a todos es el mensaje elevado que nos deja. Una propuesta poco pretenciosa que resulta ser trascendente. Imperdible.”
Juan José Bertolaga, Planeando sobre BUE
“Scannapieco es capaz de marcar dibujos en el aire y generar movimientos que hacen ver lo que deberíamos sólo imaginar. Y la voz, entre susurros es un instrumento clave en la obra de la manera que fueron trabajados. Scannapieco conmueve, y deja al público la necesidad de estar ahí. La suma de todos estos factores genera una obra de una belleza impecable que no se arrepentirán de ver.”
Rocío Florencia Duarte, revista Meta
“Ana Scannapieco vuelve a fascinarnos con la creación de una criatura que encarna la síntesis de un árbol genealógico dominado por las pasiones. Una mujer que asume y trasciende el pasado de su padre y su abuelo. No hay traducción que haga justicia a lo que logra, así que los invito a verla.”
Me cago en la bohemia
“Tengo en la piel (todavía) esta obra que vi el sábado a la noche en Moscú Teatro Escuela. La recomiendo intensamente. Y me alegra descubrir y descubrir y descubrir para qué hacemos teatro. Felicitaciones a Ana Scannapieco por ese mundo… No se la pierdan. Ojala puedan disfrutarla.”
Paula Fernández Mbarak, actriz
ENTRADA GENERAL $200
ALUMNOS Y EGRESADOS DEL CIC $150
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