7 abr 2011
La Muerte de Pinochet de Bettina Perut e Ivàn Osnovikoff, magnífico documental presentado en el 13º BAFICI
El dictador y nuestra inútil vida Estar ahi, en el momento y ver antes y encontrar ésas caras. Qué hiciste cuando murió Pinochet? Encuadres en caliente, encuadres notables que van de lo monstruoso y lo espantoso a cierta piedad horrorizada: me fui al hospital militar a llorar, o me fui a festejar con tres botellas de vino. Un militante socialista que vive en un asentamiento precario, el director de una corporación que reivindica la dictadura militar, un trapito bebido, una florista que sufre por su puesto de flores de plástico, topografía de los gestos cansados, lo mínimo de lo oculto cómo si viéramos dentro de todo lo que ya vimos...sólo por amor al general dicen las manos, acompañados de lo brutal de los planos detalles y la cadencia de la voz en off. La sombra de Allende con el fusil entre las piernas ahí en el relato del testigo que se resiste, y el retrato de Pinochet Ugarte levantado por alguien con lentes y traje oscuro y el rosario, los carros de carabineros y ése Deja Vú del ataque con agua a un Papá Noel en la avenida. Un recorrido que provoca, la cámara en el instante preciso, la reconstrucción del momento, la cámara como registro del recorrido final del cuerpo. Tristeza, asco, pena; el éxtasis de la gente que se exaspera en el arco de la historia, una historia horrenda a la que los actos rituales, no pueden disimular que eso es la vida, nuestra vida en la mano de locos asesinos que nos atraviesa, y qué, no importa tanto, pero sí, no nos deja vivir otras vidas, otras construcciones de nación, otros sentimientos menos inútiles. Roberto Camarra, especial para rayoverde.com.ar
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