De todos los factores que han sostenido y sostienen el “mundo del arte” en nuestra sociedad, la figura del artista parece la más sólida y duradera, más aún que las obras mismas: sigue creciendo en el imaginario social y amenaza desbordar antiguas barreras de género, raza y clase.
A lo largo de la historia, los artistas visuales se han retratado a sí mismos y a otros artistas y con frecuencia en esos autorretratos pusieron en imágenes no sólo su mirada sobre sí mismos sino también sus ideas acerca del arte, sus convicciones, sus miedos.
Aun cuando no haya en ellos un comitente ni un fin específico (a menudo no tuvieron por destino el mercado ni su exhibición), estas obras no plantean una introspección en solitario sino que constituyen una de las maneras de dar forma a una vida de artista. El relato biográfico ha sido una de las formas más difundidas de la historia del arte. En una relación recíproca, cada artista se ve (y se representa) a sí mismo buscando su lugar en el marco de las tradiciones recibidas, poniendo en juego sus rebeldías, convicciones y valores de referencia.
La propuesta de esta exposición es situar este amplio rango de reflexiones sobre la figura y el lugar de los artistas en la escena local, encontrando antiguas y nuevas vinculaciones con el escenario mundial/global. No se trata, sin embargo, de someter a crítica nuevamente la leyenda del artista, ni revisar los relatos historiográficos comparando sus fuentes sino, teniendo este panorama ampliado en mente, analizar la perspectiva de los artistas mismos, plasmada en sus obras.
Situada esta reflexión sobre la figura y el lugar de los artistas en –y desde– Buenos Aires, la propuesta es seguir algunos de los hilos que unen el arte contemporáneo con el de su pasado, trazando itinerarios que van desde el gesto heroico y la celebración de la bohemia creativa hasta las más diversas manifestaciones del dolor, la crítica y el desencanto.
Las imágenes que los artistas trazaron de sí y de sus colegas, de sus ateliers y lugares de trabajo, de las fuentes de su inspiración y sus angustias, son puestas en una serie con la operación de “poner el cuerpo” en cadenas de citas, homenajes, parodias, críticas al sistema de mercado y nuevas formas de autorreferencialidad en el arte contemporáneo.
En los autorretratos, escenas de taller, homenajes a sus maestros y retratos mutuos, así como en alegorías e imágenes críticas, los artistas se han presentado a sí mismos y sus reflexiones sobre el mundo del arte. A veces han planteado verdaderos manifiestos, han trazado alianzas intelectuales y sintetizado un modo de vida de artista. Otras veces esas imágenes están atravesadas de angustia y dolor.
Se trata, en definitiva, de obras en las cuales los artistas se presentan a sí mismos y al mundo de sus referencias, plantean sus ideas respecto del arte y sus lugares posibles en la vida en sociedad.
Dentro de la exhibición se presenta también la sección Vida pública, curada por María Isabel Baldasarre, en la que se reúne un conjunto de fotografías de algunos de los creadores que tuvieron más visibilidad en diarios y revistas. Su imagen pública resulta así producto de estrategias y poses –en general muy planeadas– mediante las que cada uno adscribió a un modo particular de “ser” artista.
Laura Malosetti Costa
ESPACIO DE ARTE DE LA FUNDACIÓN OSDE, Suipacha 658 primer piso.
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