Revisar la obra del pintor Fernando García del Molino era necesario no sólo para difundir el patrimonio del autor existente en colecciones públicas y privadas sino para volver a pensar acerca de la identidad del artista, la de sus modelos y la de su época. Recuperar el clima en el que estos retratos fueron realizados significó bucear entre los datos duros de una historiografía que lo juzgó más por sus simpatías políticas que por su obra como pintor retratista y adentrarse en ese corpus desmesurado de uno de los pintores más polifacéticos de la historia del arte de los argentinos. Quizás por deberle el registro más completo de la elite de mediados del siglo XIX se lo tildó como el "pintor de la Federación" y, en parte, es una realidad indiscutible. Sin embargo, su vasta producción fue el reflejo fiel de la avidez de este artista por formarse con todos los recursos disponibles, el resultado de la urgencia en la demanda de sus comitentes y la consecuencia del momento fundacional en que su obra fue generada. |
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Al seleccionar estas pinturas, estudiarlas y restaurarlas se pudo ver más allá de la capa superficial, redescubriendo el arte y el oficio de García del Molino. Pero en esa "lectura" profunda, también afloraron sus modelos, sus prácticas sociales y compromisos políticos, sus relaciones humanas y sus pequeñas grandes historias que permitieron comprender algo más sobre sobre esa primera etapa de un país en formación. Dotar de voz a estos testigos mudos, sin importar cuán conocidos o anónimos fueran, en cierta medida, fue liberarlos a ellos y a su intérprete del prejuicio y valorarlos en su justa medida como protagonistas de un tiempo de inflexión donde los cambios cobraron mayor velocidad, el Estado se organizaba, los gustos de la clase acomodada se sofisticaban y algunos artistas caían en el olvido y otros estaban listos a ocupar ese lugar.
El Museo Fernández Blanco y el Museo Pueyrredón junto a Instituciones culturales de diversas jurisdicciones del país han encontrado en este proyecto la posibilidad de coordinar sus esfuerzos para la restauración y mejor conservación de este acervo visual. Esta sinergia pone en valor su accionar en pos de la protección del patrimonio artístico e histórico argentino.
HASTA EL 1º DE JUNIO EN EL PALACIO NOEL- SUIPACHA 1422
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